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Jóvenes de Fé - dadiva electrica
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Dádiva Eléctrica |
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Durante las Navidades de 2004, Richard y Donna Hamann descubrieron la forma de hacer feliz a todo el pueblo. Anthon, Iowa, una comunidad de 650 habitantes, recibió un inesperado regalo de parte de esta pareja de granjeros retirados. Los Hamann pagaron la cuenta de electricidad de cada hogar y negocio del pueblo de Anton. El total de la cuenta durante el día de Navidad fue de $25.000.
Cada persona agradeció el sorprendente y generoso regalo, expresándolo a través de tarjetas y cartas. Por ejemplo, Joyce Corning les envió una tarjeta que decía: “Agradecerles no parece adecuado ante el generoso y maravilloso regalo que le hicieron a un pueblo entero.” Otra mujer lloró de alegría debido a la noticia.
Pero la pregunta que todos se hicieron fue: “¿Por qué? ¿Qué incitó a los Hamann a realizar algo así?
En respuesta, Richard se refirió a su fe. Miembro antigüo de una iglesia Luterana campestre, él y su esposa por 56 años quisieron ayudar a sus conciudadanos. Él dijo: “Mi filosofía es que todo lo que tengo es regalo de Dios y lo que hago con él es un regalo de parte de Dios mismo.”
No es mala idea verlo de ese modo -como un regalo de Dios para ser utilizado por Él. Por otro lado, Dios es el dueño de todo. Siendo que ese es el caso, a veces me pregunto de qué forma mis finanzas se impactarían si Jesús también tuviera que firmar mis cheques antes de ser negociables.
El Señor Ha sido Bueno con Nosotros
Richard Hamann continuó explicando: “El Señor ha sido muy bueno con nosotros, como así también la gente de esta comunidad, de manera que siempre pensé que debíamos hacer algo para retribuir tanta bondad.”1
La respuesta de Richard nos trae a la mente la pregunta del Salmista: “¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?” (Salmos116:12).
En respuesta a la bondad de Dios, ¿qué más podríamos hacer, sino dar? Si alguna vez usted ha escuchado la palabra “mayordomía” en tono de broma acerca de nuestra iglesia, ella es el corazón de lo que significa -responder a la bondad de Dios devolviéndole todos Sus recursos.
De acuerdo a las palabras de Milo Kauffman, “la mayordomía de nuestras posesiones es el efecto de la salvadora gracia de Dios hacia alguien o su propiedad…
Cuando Dios logra que un hombre obtenga un carro, ese carro debe ser utilizado en Su servicio. Algunos parecen pensar que la mayordomía es un látigo o una acción legal que logra que las personas den dinero para los gastos de la iglesia. La mayordomía cristiana, ciertamente, no es una legislación de la iglesia, ni un esquema para privar a los hombres de su dinero. Es la consecuencia natural de una experiencia con Dios, la reacción normal del corazón humano que ha sido tocado por el espíritu divino.”2
Cuando Dios entra en su corazón, Él es dueño de su cuenta bancaria, de su coche, de sus DVDs, de su guardarropa, de su iPod… ¡Él es dueño de todo! Pero usted sigue siendo el más beneficiado con este trato. A fin de cuentas, usted tiene a su lado lo mejor que nos ha dado Dios, nuestro Señor Jesucristo. Debido a Jesús, usted tiene una mansión en el cielo con su nombre escrito en la estera de la puerta de entrada. Y, no se preocupe, ¡le pagarán la cuenta de electricidad todos los meses! |
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